Inicia el mes de Septiembre, y en Costa Rica se da el banderazo de partida para la postulación de lo que será el presupuesto nacional para el venidero año 2016. La “Suiza Centroamericana” no está viviendo sus mejores momentos económicos ni políticos de los últimos años. Indicadores macroeconómicos que se ven afectados por “frenos” internos y externos de dicha economía como también, la falta de liderazgo mostrado por los altos ejecutivos del gobierno; han hecho de dicha nación; un “colocho de ideas” entre sus habitantes e inversionistas.
Para colmo de males, después de haber obtenido las últimas estimaciones económicas del 2015 por parte del Fondo Monetario Mundial (FMI) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL); más que halagos, los lideres costarricenses han recibido ciertos “regaños” pues hay algunos temas (más que todo, fiscales) que deben corregirse de forma inmediata. A su vez, el país debe retomar la senda de crecimiento que mostraba años atrás, apoyados en la recuperación de la confianza del consumidor tico quien en este momento, no está mostrado simpatía por el clima de negocios que está viviendo en estos días.
Ahora, le toca el turno al ejecutivo nacional plasmar las ideas, bases, estrategias y por supuesto, los objetivos cuánticos para valorar el venidero año. Según el Banco Central de Costa Rica, el crecimiento 2016 será de un +4%; pero por otro lado, mencionan que el país “crecerá” al ritmo de la inflación. Pero si esta es proyectada en 4% y el crecimiento nominal también, quiere decir que “REALMENTE”, ese país no crecerá. Por lo tanto, el mensaje que de buenas a primeras recibe el tico común es que su país no se moverá “ni pa´lante ni pa´tras”.
La parte más dura de realizar un presupuesto, es mostrar austeridad en el mismo pero a su vez, optimización de los recursos. Para eso, los recortes necesarios deben ser en las partidas que no aporten nada al estimulo económico del país. El reto que debe de tener Costa Rica es poder aplicar la tijera en rubros ineficientes sin perder el objetivo de poder levantar el vuelo de ese país.
En primer lugar, el Gobierno posee un 40% de su presupuesto ya destinado alpago salarial de sus empleados. Si bien es cierto, es una gran cantidad de personas que están en la fuerza laboral; los salarios que se han estado pagando, sumándose la gran cantidad de horas inoperantes que se visualizan en el sector publico; hacen que este rubro sea el de más importancia desde el punto de vista de recortes. Los famosos “pluses salariales” ya sea por horas extras, exclusividad o de cualquier otra índole, están desangrando el postulado presupuestario que alcanza un 8% del PIB.
Segundo lugar, el régimen de pensiones que se carga directamente al plan nacional. Este rubro, más liviano que el anterior (2,7% del PIB); se ve amenazado por dos frentes importantes. La cantidad de gente que se pensiona con altos salarios y por otro lado, la pérdida de personas que están cotizando para sus fondos de pensiones. La juventud hoy en día no confía en el régimen de pensiones y prefieren realizar sus propios oficios de manera externa. No hay nada para el 2016 que revierta esta situación.
En tercer lugar, los ingresos corrientes del Gobierno cada día se ven afectados por el deterioro de la confianza en el país de los inversionistas. Si las empresas que pagan sus impuestos emigran a otros países, esa recaudación se verá mermada a corto plazo. Ya se ha dicho anteriormente, los sectores de comercio, manufactura, electricidad y agua podrían dejar un hueco en el abismo fiscal si no se plantea un golpe de timón y cambio de rumbo que lleva el país.
Seguidamente, y como cuarto punto es el creciente gasto público que aplico el gobierno nacional para el 2015 (+19%) y ahora, que se deben reunir para plasmar el siguiente año; se han dado cuenta que todo ese rubro no ha servido para nada. Más bien, ha frenado la economía de Costa Rica y países aledaños, han sabido aprovechar las oportunidades para capitalizar el ingreso de nuevos capitales a otras naciones, nombrando Panamá y Nicaragua como principales ejemplos.
Lamentablemente, los gobiernos de Latinoamérica sufren del síntoma de“deuda perenne” con el resto del mundo. Lo que quiere decir, que su presupuesto siempre tendrá una partida obligatoria e imborrable de los pagos por deudas totales del Estado. Para el caso de los ticos, empezaran un 2016 con casi un 38% PIB ya comprometido para saldar sus obligaciones.
Como sexto punto se encuentran las transferencias obligatorias de la nación. Para hacerlo más simple, la educación del país está siendo consentida por un 8% del PIB; nivel que está muy por encima de muchos países de la región (Chile 6,5%, Brasil 6,0% y México 6,2%). Pero en realidad tendrá repercusiones si se puede ver como los gastos administrativos son astronómicos versus los logros obtenidos en exámenes internacionales o en el registro de patentes a nivel mundial. O más bien será destinado para mantener una entidad que muestra carencia ineficientes pero debe quedar “en pie” por compromisos políticos. He allí la gran interrogante.
Y el último punto que se debe fijar en el presupuesto es la debilidad en la recolección fiscal y poder cambiarle la cara al país, frente a las calificadoras de riesgo. Para el 2016, el abismo fiscal crece nuevamente, posiblemente cerca del 6,5% PIB. Entonces, cabe la duda de saber si el ejecutivo ha “tirado la toalla”para desentenderse de este problema o más bien, se acopla a convivir con el mismo. Lo que está claro, es que no hay ninguna visión que muestre señales de arreglo para el venidero año.
Todo lo anterior pasan a ser tareas de la administración Solís Rivera, pero en ningún momento se ha escuchado el porvenir del país. Para el 2015 solo se tenía un 5% “de maniobra” para inversión y para el 2016, pareciera que ya no habrá partida para dicha artimaña. Más bien, los mensajes que llegan a la población es que no habrá fondos para avanzar. Por lo tanto, la visión que está mostrando el Gobierno Nacional es perder el tiempo en otro año que se irá como“agua entre las manos”. Esperar a que una estrella fugaz ilumine el 2017 y poder salir adelante.
Los inversionistas, que a la postre, son quienes aportan mediante sus impuestos la recolección fiscal del país, deben ser seducidos por buenas estrategias de crecimiento y prosperidad. Si las señales que muestran los dirigentes carecen de visión de crecimiento, el panorama se complicara aun mas para el 2016. Ojala antes aprobar el presupuesto definitivo reine el compromiso social de salir adelante para todos y no solo, para unos pocos.
*Analista Económico. Profesor Universitario.
Comentario:
Regaño, más que eso es una llamada de atención al gobierno para que empiece a recolectar de una mejor forma los impuestos y la evasión fiscal. Los manejos del presupuesto son de sumo cuidado porque como se describe el crecimiento del presupuesto es de 0,4% pero la inflación y la recolección se mantendrán constantes, en otras palabras, el gobierno gastara un poquito más de lo que recibe y este aumento sera menor que la inflación. Con respecto al porcentaje que se le asigna al salario de los empleados públicos, es algo que genera un gasto excesivo pues el costo que genera al gobierno y al país es muy alto y pareciera ser que no esta bien distribuido porque por ejemplo en la caja hay un faltante en el departamento de médicos cirujanos.
Bibliografía:
http://www.estrategiaynegocios.net/opinion/873977-345/costa-rica-estancada